Señor, yo quiero un corazón puro y transparente,
Sencillo y sin tristeza, grande en la entrega y tierno en la comprensión.
Señor, yo quiero un corazón generoso:
Que reconozca los beneficios y perdone ofensas;
Un corazón fuerte: que ame sin esperar nada y sea servidor de sus hermanos;
Un corazón grande: que no se cierre a la ingratitud ni se estanque ante la indiferencia;
Un corazón cristiano que ame hasta la muerte.
Señor, dame tu mismo corazón!
(E.P.)