Tlaquepaque, Jalisco, 20 de octubre de 2010
Documento final del Pre-foro estudiantil sobre seguridad y violencia
Este documento tiene su origen en la reunión de alrededor de 400 estudiantes del ITESO, congregados por la necesidad y la voluntad de compartir nuestro sentir y pensar ante las violencias que se viven actualmente en el país, recrudecidas y visibilizadas recientemente como pocas veces en la historia nacional. Coincidimos los ahí presentes en asumirnuestra corresponsabilidad en la contención o crecimiento de las situaciones violentas y, a partir de esto, imaginamos y creamos posibilidades concretasde acciones específicas para lograr la superación integral de estos procesos, todo desde nuestro lugar como universitarios.
Fuimos muchos quienes participamos.Probablemente 350 ó 400. Si una sola persona, sensible, comprometida y activa, es motivo de esperanza, imaginemos lo que representan 400. Aun así, esto no es lo verdaderamente relevante. Relevante es que nos agrupamos por mesas, dialogamos en forma horizontal y dimos enriquecedora cabida a las perspectivas de todos los presentes. Relevante es que rompimos esquemas donde sólo uno o dos son quienes importan, o sólo uno o dos son los culpables. Relevante es que queremos trabajar por un México en auténtica paz –esa que sólo aflora acompañada de la justicia, la libertad y la solidaridad. Relevante es que estamos aquí y que no nos vamos a ir.
El foro estuvo compuesto por dos bloques: a) cómo nos sentimos ante aquello que vivimos, ante el modo en que las violencias trastocan, cercenan o clausuran los proyectos individuales, familiares, grupales, comunitarios y nacionales; b) en qué modo nos asumimos corresponsables de las violencias de nuestro presente, reconociendo la manera en que nuestros actos siempre tienen consecuencias, positivas o negativas, en el tejido social; y, a partir de esto, pensar en mecanismos concretos, en acciones específicas, grandes y pequeñas, públicas y privadas, individuales y colectivas, no sólo para integrarlas al debate público, sino para asumirlas como bandera y convertirlas en nuestra aportación a esta apuesta de millones por trascender las violencias que nos asolan y paralizan.
Cómo nos sentimos, cómo quedamos ante esto que vivimos
Las violencias, en sus diversas formas y tipos, antes de pensarse o de criticarse, se sienten. Las violencias se sienten.
Nos queda claro que, lo explicitemos o no, las violencias nos rodean y amenazan permanentemente con secuestrar nuestra vida social. Los estudiantes del ITESO reunidos, denunciamos haber sufrido robos, secuestros, violaciones, asesinatos, acosos, pleitos, explosiones de bomba, hostigamientos, vejaciones, amenazas, toques de queda, entre otras muchas violencias manifiestas. Este “sufrir” se ha dado tanto en carne propia comoen las existencias de seres queridos, o bien en la vida de miembros de las comunidades a las que pertenecemos.Asimismo, nos declaramos indignados ante violencias más sutiles, casi imperceptibles, tales como las experimentadas en obras públicas antidemocráticas, dinámicas familiares vejantes y fenómenos de violencia estructural institucionalizada. Alertamos el riesgo de que las violencias que vive el país se normalicen y se revelen como parte inherente a nuestra vida social. Estaremos aquí para poner en claro el carácter deshumanizante de toda violencia y para impedir a toda costa su asimilación en nuestras comunidades.
Tenemos miedo. No nos cuesta reconocer que el miedo nos embarga y se modaliza en otros muchos sentimientos: desconfianza no sólo ante quienes cometen los delitos sino también ante las autoridades y, más gravemente, ante nuestros conciudadanos, que llegan a aparecer más como amenaza que como compañeros de proyecto social; se modaliza tambiénen la limitación o llana clausura de posibilidades de libertad, de comunicación, de solidaridad y de encuentro. Estamos desesperados por la frustración y frustrados por la desesperación. Nos declaramos, aquí y ahora, impotentes ante la preocupación y preocupados ante la impotencia.
Nos duele haber estado fuertemente condicionados a cambiar nuestros modos de estar en el mundo. Hemos modificado decisiones de residencia, de viaje, de prioridades, de traslado al interior de las ciudades, de fiestas, de diversiones, de estudios, de gasto, de relaciones sociales y, en suma, de vida.
Frente a esto,en tensión permanente con lo anterior, están los sentimientos que lanzan a fomentar la armonía social en arreglos colectivos que permitan la vida digna para todos. Queremos concientizarnos cada vez más sobre lo que pasa en el país y abrir nuestra sensibilidad ante ello. En ocasiones nos falta claridad respecto a qué hacer. No somos expertos y lo reconocemos de entrada. Sin embargo, sabemos que tenemosuna cosa concreta, algo fundamental: sentimos una solidaridad con las víctimas y a partir de aquí deseamos activarnos en contra de la violencia, pero sobre todo en favor de la paz, con esperanza resuelta, decisión firme y trabajo constante.
Cómo somos corresponsables y a qué nos comprometemos.
La responsabilidad de cuanto pasa, al tiempo que es de todos, corre el riesgo de ser pensada como si fuera de nadie. Los participantes de este foro nos asumimos corresponsables en la construcción social de las violencias. La falta de amabilidad en las calles, la agresividad en el tráfico, la falta de respeto a los ancianos, el denuesto a los menores, la descalificación del otro y la discriminación del diferente, son sólo algunas de las formas que adquiere la violencia que todos, paradójicamente, padecemos y fomentamos, sufrimos y provocamos. Violencia genera violencia. Cada violencia que permitimos, es violencia que hace nacer otra violencia. La buena noticia es que con la paz ocurre lo mismo: la paz trae paz, la paz genera paz.
No sólo no nos desmarcamos de la generación de las violencias, sino que asumimos con responsabilidad y entereza el compromiso que tenemos de revertir estas situaciones. El revertirlas debe partir de analizar nuestras visiones y prácticas, pretendiendo detectar en ellas cómo somos violentos en los espacios de la cotidianidad, aun cuando no nos demos cuenta o pretendamos negarlo.
Debemos tomar actitudes positivas ante la vida, tanto ante la propia como ante la de los demás. Aun más, debemos reconocer que nuestra vida es la de los demás y la de los demás es nuestra vida, y relacionarnos con esto claramente presente. Debemos encontrarnos y ocuparnos de la vida pública, entendida como lo que pasa en la política pero también como el espacio que es común a todos. Un Manual de ciudadanía, por ejemplo, podría auxiliar en esta relevante tarea.
No podemos eludir nuestra responsabilidad como actores en un sistema económico: lo que producimos y cómo lo producimos, y lo que consumimos y cómo lo consumimos, impactan en vidas concretas, potenciándolas o humillándolas. En este marco, están los afectados por el sistema económico: el obrero al que le pagamos poco, el pobre al que alejamos, el campesino al que explotamos.
Los universitarios tenemos una tarea particularmente relevante para combatir las violencias. Los participantes en este foro, con objeto de marcarle un alto a la violencia que amenaza con dominarnos hegemónicamente, nos comprometemos a usar nuestras redes universitarias a nivel nacional, aprovecharformas alternativas de difusión, informarnos, criticar a los medios que hacen de la violencia un negocio y nada más, luchar contra la corrupción después de comprender sus sutiles mecanismos, no ser complacientes con el consumo de drogas manchadas por violencias de toda clase, conocer a quienes participan en nuestros entornos cercanos,pensar en soluciones complejas que vean integralmente al mundo. Ante todo, queremos incluir en nuestras propuestas y acciones a todas las personas directa o indirectamente involucradas.Trabajaremos en microacciones con macroagregación para lograr megaefectos.
Participantes del Pre-foro estudiantil sobre seguridad y violencia