¡Viva Cristo Rey, viva Cristo Rey!
Tiempo y espacio, una pareja que atestigua el caminar del pueblo en la procesión de una imagen acompañada de mujeres y hombres, niños/as, adultos mayores y hasta mascotas. Al atardecer en una carretera a orillas del río se ven globos alrededor de todos, chicharrones con crema y queso, refrescos. Las jovencitas acicaladas posando para la cámara. Algunos/as tratando de subirse a los vehículos evitando caer.
En la euforia del momento y del trabajo previo, ilusoriamente todos son la misma forma. Pero visten de distintos colores. Sus voces varían. El grito no tiene la misma intensidad, la estatura se evidencia cuando el pequeño de la familia no supera el segundo o tercer tablón de la camioneta y cuando la madre está por encima del último.
El paseo es un momento, la experiencia es para siempre. Será el próximo año el punto de comparación previamente archivado y seleccionado en ese presente o mejor dicho en el futuro para “no cometer los mismos errores” o será motivo de risas, disgustos... serán recuerdos.
Si transitan más de dos camionetas, los coordinadores de porras se comunicarán entre sí para seguir con la música que se hace entre cantos, gritos y demás. En el griterío se formarán vínculos. Se conocerán.
Acelera y disminuye la velocidad… pronto termina el recorrido. La figura al frente del primer vehículo es movida de su espacio, cambia de lugar al mismo tiempo que las personas descienden de las camionetas. Todos cambian de lugar al mismo tiempo. “¡Con mucho cuidado!” Grita una señora cuando ve que dos jovencitos bajan la figura adornada de vida y colores.
El recorrido concluye. Hasta mañana se verán en la gran fiesta que congrega a todos los fieles, a los cercanos. La figura será distinta, ilusoriamente se formará una sonrisa que respetará la diversidad y sin homogeneizar al pueblo todos serán uno en la celebración.
Amor y Paz!!!