Virgen de la Candelaria

La Virgen de la Candelaria es una de las advocaciones de la Virgen María. La historia de esta imagen está unida íntimamente a la historia de las Islas Canarias y especialmente de la isla de Tenerife pues fue el lugar donde se dice que apareció. La talla original se conservaba en la Basílica de Candelaria, en el municipio de Candelaria en Tenerife, pero desapareció después de un temporal que azotó la isla. Actualmente hay una réplica de la imagen en la basílica.

Debido a que las Canarias eran escala obligatoria en los viajes a América, muchas de sus costumbres fueron exportadas a ese continente. Entre ellas, la veneración a la Virgen de la Candelaria. Actualmente, la imagen es venerada en las Islas Canarias, especialmente en Tenerife, donde ostenta el cargo canónico de Patrona de Canarias Patrona General del Archipiélago Canario. Igualmente la Virgen de Candelaria es la Patrona de varias ciudades del Nuevo Mundo como: Medellín (Colombia) y Mayagüez (Puerto Rico). La Virgen tiene mucho arraigo y veneración en el Perú. Además es venerada en lugares con una importante colonia de canarios.

Historia

No hay acuerdo sobre el año de la aparición, pero la mayor opinión es que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, en el municipio canario de Güímar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir aparecería del 1400 al 1401. Fray Alonso de Espinosa escribió la historia en 1594.

Sobre la aparición

Escenificación de la aparición de la virgen en la Playa de El Socorro, Güímar

Según la leyenda relatada por Fray Alonso de Espinosa, iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar. Buscando la causa miraron hacia la desembocadura del Barranco de Chimisay y vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, la santa imagen la cual creyeron estar animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo. Pero en lugar de herirla, quedó herido el mismo. Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguaro, a la cueva-palacio del mencey Acaymo, para referirle lo acontecido. El mencey fue a ver con sus consejeros. Ella nada respondía pero nadie se atrevía a tocarla. El mencey decidió que fuesen los mismos dos pastores ya heridos quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron sanados. El mencey comprendió que aquella mujer con el niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar de la aparición hay hoy día una cruz y en el lugar donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nra. Señora del Socorro.

La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey hoy convertida en capilla. Más tarde un joven llamado Antón, que había sido tomado como esclavo por los castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado le relató al mencey y a su corte la fe cristiana que él sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y tierra" (Guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de Achbinico para veneración pública.