En una sociedad que reconoce formalmente la igualdad de todos sus miembros y prohíbe la discriminación por razones étnicas, al tiempo que se proclama una nación de composición pluricultural con sustento originario en sus pueblos indígenas, los datos resultan alarmantes. La enorme brecha entre la realidad social y las disposiciones normativas indican que, tanto el discurso gubernamental sobre el tema como las raquíticas políticas para combatir los rezagos sociales han resultado insuficientes. ''Tenemos frente a nosotros la fotografía de una sociedad que se mueve entre los rezagos del autoritarismo y la intolerancia'', reconoció la Secretaría de Desarrollo Social en la presentación de los resultados de la encuesta, pero omitió decir que ella forma parte de un gobierno que está obligado a combatir la discriminación y no parte de quienes la sufren.
Ya se sabía de la discriminación que los mexicanos pertenecientes a algún pueblo indígena sufren en su vida cotidiana, pero no por eso dejan de preocupar los resultados de la primera Encuesta Nacional sobre Discriminación, presentada por la Secretaría de Desarrollo Social y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. El hecho de que 66 por ciento de los mexicanos piense que los miembros de los pueblos indígenas tienen pocas o nulas posibilidades de mejorar sus condiciones de vida; que 43 por ciento asuma que siempre habrá limitaciones sociales para éstos a causa de las características de su pensamiento, y más de 30 por ciento suponga que la única manera en que los indígenas pueden mejorar su situación socioeconómica es que dejen de serlo, es para quitar el sueño a cualquiera, más cuando se sabe que alrededor de 40 por ciento de los encuestados estarían dispuestos a organizarse para evitar que cerca de su lugar de residencia se establezca un grupo étnico y 20.1 por ciento no compartiría su casa con un indígena.
Cada vez que los pueblos vecinos dominadores han ampliado sus territorios o llegan colonizadores de tierras lejanas, las culturas y el sustento de los indígenas han estado en peligro. Estas amenazas han evolucionado a través de los años, sin embargo no han desaparecido por lo que las poblaciones autóctonas son consideradas como uno de los grupos más desfavorecidos en el mundo.
Uno de los sectores más afectados es el de los indígenas, resaltó la secretaria, al comentar que poco más de 40 por ciento de los mexicanos están dispuestos a organizarse para evitar que se establezca un grupo étnico cerca de su lugar de residencia.
Es un hecho que los indígenas, en especial las mujeres, son discriminados por las estadísticas y por un gran número de registros administrativos.
Fuente: La jornada viernes 20 demayo 2005. Francisco López Bárcenas